Debido a la tragedia del norte grande, que ha dejado a cientos de familias golpeadas en lo más profundo, con pérdidas de vida humanas, desapariciones y destrucción material, la Fundación Cuerpo y Energía quiere compartir con la audiencia de su medio de comunicación algunas recomendaciones psicoeducativas que puedan ayudar a las personas a elaborar este hecho traumático de la mejor manera posible.
El ser humano frente a una amenaza o peligro, como los fueron los aluviones ocurridos en el norte del país, responden generalmente de tres formas, que es como se manifiesta el Sistema Nervioso Autónomo (SNA) frente al peligro o a la amenaza a la vida, como forma de sobrevivencia: congelamiento, lucha y fuga o huida.
El congelamiento se da cuando una vez ocurrido el hecho traumático la persona queda paralizada, no sabe qué hacer o bien le toma un tiempo en constatar lo que está ocurriendo, es como si estuviera viendo una película, es decir, es de no creer lo que está viendo, negar el peligro. Al pasar de los días este congelamiento inicial puede llevar a reacciones residuales, como estar más lentos en lo que se haga o en las respuestas, tener pequeños olvidos o cierta torpeza psicomotriz, deseos de no salir de casa ni de retomar la vida cotidiana.
Si la persona no sale de este estadio al pasar de los días se puede manifestar a través de la indiferencia o frialdad frente a los otros y continuar con sus rutinas como si nada hubiese ocurrido, pero esta calma es solo aparente, su SNA presenta una sobreactivación que si no sale se puede manifestar luego en cefaleas, colon irritable, insomnio, irritación, etc.
La lucha se da luego de este congelamiento inicial y se manifiesta cuando la persona comienza a “pelearse con el mundo”, discuten por cosas que antes dejarían pasar, retan, exigen, critican todo y esto no es más que la energía de lucha que puso su sistema nervioso a disposición de la emergencia, pero que no puso ser desplegada y que encuentra diferentes vías de salida.
La fuga o huida es cuando el SNA pone toda su energía en que la persona se aleje lo más rápido posible de la fuente de amenaza de la vida, pero en muchos casos las personas no tuvieron tiempo de huir o poner a salvo sus pertenencias y al no poder desplegarse este mecanismo se manifestará con el correr de los días a través de no poder estar tranquilos en un lugar, de moverse de manera errática y a nivel de pensamientos ir de una idea a otra velozmente o de una decisión a otra.
Ahora bien cómo contener estos impulsos y poder descargar toda esta energía de manera positiva?, una buena manera es hacer deporte o actividad física y poner el alerta dirigida en su propio beneficio siguiendo las siguientes recomendaciones.
Tómese su tiempo, haga las cosas de manera pausada y consciente, es decir, poniendo todos sus sentidos en ello, dese un tiempo para estar en calma, donde no tenga que preocuparse de la presencia de otros y allí comience a respirar profundamente, cierre sus ojos y coloque sus manos en el centro del pecho dándose un mensaje de seguridad: “ya pasó”, “estoy a salvo”, “yo y mi familia estamos bien”, siga respirando en estas afirmaciones. Pueden venirle pequeños temblores de piernas o aceleración del corazón, cierta inquietud interna, vuelva entonces con la respiración profunda a decirse sus frases de seguridad y si quiere llorar permítaselo, esto le ayudará a descargar el exceso de energía acumulado en su SNA:
También regalonéese, como por ejemplo baños de tina con sales para relajar o hágase comidas ricas, es decir, dese un gusto que le haga bien y busque el contacto físico y afecto con sus seres queridos, es bueno abrazarse o caminar tomados de la mano pues el cariño y el contacto físico ayudan muchísimo a que el SNA recupere su balance y equilibrio.
Deje las decisiones importantes para otro momento pues la sensación de vida o muerte que vivimos nos puede llevar a apurar decisiones y a querer vivir lo más rápido posible aquello que anhelamos. Tampoco es el momento de aclarar viejas rencillas, póngalas a un lado y espere para más adelante, es tiempo de unirse y ayudarse. Por ello priorice el tiempo con su familia y seres queridos, conversen sobre lo ocurrido y de cómo pasaron otros momentos difíciles (como el terremoto por ejemplo), incluyan en sus relatos momentos de humor pues la risa ayuda a la descarga y en el retorno a la homeostasis de nuestro SNA. Si tiene niños juegue con ellos, corran, salten, luchen, haga juegos donde usted protege a sus hijos, esto aumenta la sensación de confianza y seguridad de los niños.
En su trabajo retome paulatinamente su ritmo anterior, dese pausas entre medio del trabajo y enfóquese en lo más inmediato. Es importante la sensación de continuidad y que ésta se amplíe a los diferentes ámbitos de su vida y no tema en pedir ayuda si siente que no puede retomar su vida anterior.